viernes, 18 de mayo de 2012

Corrupcion



LA CIUDAD SITIADA

Cartagena de Indias no deja de ser asediada, codiciada y saqueada por los más temidos corsarios y aventureros desde la Colonia hasta nuestros días. Dieciocho ataques se registran en la historia militar de la ciudad. A pesar de las murallas y de los castillos, de la gente noble y trabajadora, una élite señorial y elitista persiste en el saqueo del presupuesto y del patrimonio público sin ninguna conmiseración con una mayoría pobre que padece hambre y penurias.

Hubo desastres naturales, muertes de gente humilde, y sin embargo, la élite nacional congraciada con la local sigue en el festín del Reinado Nacional de Belleza y de los cócteles lujosos para exhibir el trofeo de la corrupción sin fin. Siempre ha sido así: desfile de políticos, gente de farándula, empresarios y periodistas. ¡Oh gloria inmarcesible!.

Vuelve y juega. La ciudad está sitiada por una clase política mafiosa, aliada o arrinconada por el paramilitarismo que se impone en los populosos barrios de población desplazada como Nelson Mandela, o los históricamente muy pobres como la zona suroriental donde vive mucha gente en condiciones denigrantes e inhumanas. El velo de impunidad frente a tal situación oculta la trágica y macondiana realidad de la Costa Norte -que no se diferencia en mucho de otras zonas del país-. Pareciera que apenas nos percatamos de los actos de corrupción, de clientelismo, de la captura de lo público y del asedio "para", con ocasión de la tronera que ha desencadenado el debate electoral para elegir nuevamente Alcalde Distrital, luego de dos años de una gestión cuestionada y capturada por mafiosos. Sobrevinieron las recientes amenazas a periodistas nacionales (Juan Gossaín, director de RCN radio; Mauricio Vargas, director de la revista Cambio y Julio Sánchez, director de la Emisora W), quienes se han atrevido a denunciar inaceptables prácticas de negociación con los recursos públicos.

Según el Periódico El Tiempo "quien lidera los sondeos es el ex alcalde Nicolás Curi, objeto de tantas investigaciones y procesos que fue despojado de su cargo en 1999. Basta con saber que los financistas más notorios -’el Turco’, ’La Gata’ y demás- ejercen una influencia que nadie, salvo ellos, niega sobre el proceso electoral. Están ahí, gastan mucho en sus candidatos y esperan, claro, rentabilizar su inversión vía jugosos contratos. Y no son pocos los que se vislumbran: Juegos Centroamericanos y del Caribe, emisor submarino, Transcaribe, vía perimetral de la ciénaga de La Virgen y otros macroproyectos. Los solos Juegos contemplan obras por 126 mil millones de pesos".

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